Un testigo fiel de nuestra historia ha sido la Plaza de Mayo. Más allá de la credibilidad que nos provoquen los historiadores, por haber vivido, en algún momento, o en muchos, todos protagonizamos o transcurrimos allí, hechos claves para nuestro país.
A través de los años la Plaza cambió de nombre, de aspecto. También los edificios que la rodean. Hoy podemos leer su evolución con ternura, con indignación, con resignada mirada hacia lo que se modifica y sin embargo subsiste.
También hablamos de los comienzos económicos de la ciudad, del peso del monopolio español en cuanto al comercio del Río de la Plata, la trata de esclavos y las grandes fortunas que se montaron sobre ellos.
A través de los años la Plaza cambió de nombre, de aspecto. También los edificios que la rodean. Hoy podemos leer su evolución con ternura, con indignación, con resignada mirada hacia lo que se modifica y sin embargo subsiste.
También hablamos de los comienzos económicos de la ciudad, del peso del monopolio español en cuanto al comercio del Río de la Plata, la trata de esclavos y las grandes fortunas que se montaron sobre ellos.
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