© Taller de historia oral:" Buenos Aires y vida cotidiana"

Los post de este Blog, son reseñas del material producido por taller "Buenos Aires y vida Cotidiana". Se encuentran protegidos por las leyes de derecho de autor, por lo cual se prohíbe su reproducción total o parcial sin la autorización escrita de sus autores.

jueves, 30 de junio de 2011

Visita Farmacia la Estrella




La farmacia La Estrella es un imperdible para los porteños curiosos y los nostálgicos.
Hubo otras farmacias en la ciudad que mantenían ese estilo cautivante, con sus muebles de maderas nobles, repujados; sus frascos de vidrios amarronados, los ornatos variados: molduras en los cielorrasos, cristalerías biseladas, gabinetes misteriosos. Todas se han perdido, afortunadamente,La Estrella, se conserva intacta, en la esquina de Alsina y Defensa, en los bajos del Museo de la Ciudad.
Su historia se inicia antes de nuestra independencia, y es prácticamente desconocida. Un artículo de Caras y Caretas del 20 de octubre de 1900, cuando la farmacia se mudaba a su actual ubicación, nos cuenta como se inició.
A comienzos del siglo XIX, un botánico y químico italiano, llamado Pablo Ferrari, encargado del Museo de Historia natural del Convento de Santo Domingo, fundó una droguería que instaló en Defensa 415,sin imaginar siquiera cuanto tiempo y con que elegancia lo sobreviviría. Hacia 1838 la traspasó a Silvestri Demarchi, que fue el primer cónsul italiano en la Argentina. Éste supo trasmutarla de un depósito de hierbas y de sanguijuelas, como dice la misma revista, a la droguería más importante de América del Sur. A su muerte en 1854, la administración quedó en manos de sus hijos Antonio, Marcos y Demetrio Demarchi, que abrieron sucursales en Montevideo, Rosario, Córdoba y San Nicolás de los Arroyos.
Los Demarchi, estaban vinculados a otras importantes empresas, como la Compañía Primitiva de Gas, el Banco de Italia y Río de la Plata, la Compañía de Seguros La Estrella, la primera fábrica de hielo de Sudamérica y a otras tan destacadas como las anteriores, baste decir que en 1864, Demetrio Dermarchi, inició las operaciones de Bagley.
Justamente, Demetrio se distinguió durante la epidemia de fiebre amarilla, por su espíritu solidario, el que le valió una condecoración del gobierno italiano. Para 1898, la farmacia era de exclusiva propiedad de su hijo Marcos, que organizó la Droguería La Estrella, y la dejó en manos de Soldati, Craveri y Tagliabue, antes de viajar a Europa donde se dedicó al estudio de las ciencias naturales.
La Estrella, era mucho más que la conocida esquina. Las principales instalaciones se distribuían por diferentes zonas de la ciudad. Entre ellas:
La Droguería del Indio en Rivadavia 1511. La Fábrica en Hipólito Yrigoyen esquina Saavedra que empleaba 60 personas. La oficina química, donde se ensayaban todos los productos recibidos del exterior y nuevas fórmulas aplicables a la salud, a la industria y al comercio. El taller, de enormes dimensiones donde se fabricaban las pastillas medicinales, comprimidas, la Emulsión Dixon, el Citrato de Magnesio muy usado. La sección de productos químicos donde se preparaban las sales de mercurio, yodo, plata, se elaboraban los vinos medicinales, entre ellos el afamado Vino de quina. La sección litografía donde se imprimían y fabricaban las cajas que se usarían en el comercio. La estufa a Vapor donde se hacía el alambique concentrador al vacío, extractores y filtros para la elaboración de aguas medicinales, jarabes, éter sulfúrico, cloroformo.
La sección Pulverización. La sección de Específicos para ganaderos y agricultores, donde se producían los polvos Star, Hormiguicida Donner, Veneno Donner para preservar los cueros de la putrefacción. La preparación de medicina antiséptica y aséptica que vendía de cuarenta mil a cincuenta mil paquetes mensuales de algodón, gasas y vendas.
El depósito de inflamables en la calle Azara 270. El Depósito en Paseo Colón 1369, las caballerizas en la calle Balcarce 630 . La Óptica y fotografía que se abriría en el local de Alsina 429.
La Estrella se instaló sin medir en gastos de confort. Era y continúa siendo, una verdadera obra de arte. Las obras de ingeniería fueron encargadas a Domingo Taglioni, los muebles de nogal macizo importado de Italia, fueron construidos por Ponti y Melli. Las pinturas las realizó Luis Demarchi, en cuanto al medallón del cielorraso y los dos cuadros que representan a la química y la botánica, fueron hechos por Carlos Barberis. El piso de Pargnet salió de los talleres de Giambattistelli.
Fue y es un espacio para dejarse hechizar.


 
Powered by Blogger